Parchís


En tu espalda llevas escritas las respuestas a todas sus preguntas.

Eres el culpable de que odie despertarme.

Razones tenemos todos pero solo tú las llevas escritas en la espalda.

Sigo pensando que pasó nuestro momento y aún no lo siento
Y no me arrepiento, que lo que yo quiero es desayunar contigo
Y compartir espejo y dejarme llevar si me miras, por tu boca, por tus besos.
Que no sabemos descorchar el tiempo y beberlo a tragos lentos
Y así pasa que nos quedamos sin botellas y estamos solos
Sin que nadie nos mire, sin que nadie quiera vernos.
Poseo muchas cosas menos lo que me regalaste
Y en abril volveremos a llovernos y será mejor así, sin tenernos.

Dime que yo


Y entonces me dijo:
- ¿Así que tu eres de esas?
- ¿De cuales?
- De las que no ven el vaso medio vacío ni medio lleno, solo ven un vaso con agua. Beben, y si les sacia, bien, y sino, buscan otro vaso.
- Me encantaría ser como me describes, pero perdería todo tu interés.

Y pensé que una descripción no era lo que quería. Lo que quería era la ausencia de una descripción. La contradicción en si misma. Que me gustase sin saber por que, y gustarle sin que el supiera por que. Quería la emoción de ser desconocidos, de inventarnos el uno con el otro. Quería que las mascaras, solo con el, no existieran.
Y así fue como me convertí en una romántica.

La parte buena es, que a la mañana siguiente, deje de serlo.


Creo recordar que mientras ella me miraba, yo la observaba. Mientras ella me oía, yo la escuchaba. Todo era yo, ese fue el error. Siempre pensé que teníamos algo, y lo que siempre tuve fue miedo.



Se me permite estar ausente mientras te escucho. Se me permite redimirme aunque no me arrepienta. Se me permite volverte loco aunque ya lo estuvieras. Se me permite todo y a la vez no se me permite nada. Pues permíteme que te diga que no me arrepiento de hacer lo que sentía cada vez que en mi cabeza alguien gritaba: ¡Corre!

6



He conseguido dar la vuelta y dejar todas tus fotos en el olvido. He conseguido borrar recuerdos y pintarme un nuevo atardecer. Sigo circulando en línea recta para volver a circular después. Caigo siempre en los mismos errores pero hoy es diferente, hoy elijo no elegir, cerrar la boca y no contar cuentos para adultos. Me quedo con quien soy, con mi mejor versión de mi misma.

Otro día en el mundo tan distinto a ayer



Se fue tan lejos que tuvo que volver por miedo a hundirse en el mar. No supo comprender porque las olas le recordaban al gris de su habitación. Decidió olvidar todas las ventanas que vio antes del ayer que le marcó. No sabía a donde volvía pero volvió entre nubes de mentiras que nunca contó.