Buscavidas



Vuela lejos mariposa, donde brille la luna y no el sol.
Vuela.
Pequeña niña sin hogar, crea distancia.
Aléjate del coche rojo que no deja de observarte.
Cuéntale a la moneda lo que te ocurre, que ella es la única capaz de comprenderte.
Ella no vio lo que pasó.
Coge las llaves que han dejado de abrir la puerta del olvido y clavaselas al miedo.
Defiéndete.


Jugar a perder.
Cansada de jugar juegos que yo no elijo.
Decido jugar a un juego sin inicio.
Empatado, no perdido.
Pluscuamperfecto en tu casa sin norte.


"¿Cómo puedo perder? No es suficiente con tener talento. Hay que tener carácter también. Sí, ahora sé lo que es tener carácter. Lo adquirí en una habitación de hotel en Louisville."
“Claro que te emborrachaste. Tenías la mejor excusa en el mundo para perder. No hay ningún problema si pierdes con una buena excusa. Ganar, puede ser una gran carga. Puedes soltar esa carga cuando tienes una excusa. Lo único que tienes que hacer es aprender a sentir pena por tí mismo. Uno de los más populares deportes de interior: sentir pena por uno mismo. Deporte disfrutado por todos, especialmente los perdedores natos.” 
"Destruye los mañanas porque los compra hoy y a bajo precio."
"Tenemos un contrato de mutua tristeza y una impenetrable oscuridad nos rodea."
"No estoy borracha, soy coja"
"Beber whisky al empezar una partida es buscar un pretexto para perder."
" Dos barcos que se cruzan en la noche han de invitarse a desayunar."




.

Son tuyas

 


No te entiendes

Sombras tridimensionales, sentidos atrofiados y maletas sin hacer que no sirven para nada.
Coches de un futuro inmediato que no conoceré.
No pensar. Sería más fácil.
No quiero pensar en lo que podría haber sido y no será.
Nunca más.
No voy a tropezar con piedras azules que por dentro son grises.
Estoy cansada del pasado que no se aleja.
Me acosa. ¿No me soltará nunca?
Todos los enigmas no resueltos vuelven cuando menos apetece resolverlos.
No tengo dudas, no las necesito.
Pero sé que algo o alguien me persigue y mis piernas no quieren volver a correr.
Pero quedarse quieto por la curiosidad de saber que sucede no es la solución.
La solución no existe.
No hay respuestas, sólo preguntas.

No vuelvas.
Estúpida frase dicha por un estúpido.
Empatía que no encontraste. Coge la linterna y sigue buscando.
O déjalo, no vale la pena.
Déjame.
Es tarde, ya no respiras. Te has roto.
Pero todo va a salir bien.


No mentí, pero no dije toda la verdad.
Las pupilas reflejan algo que me gusta.
Ojo de pez que me atrae y encierra en una pecera.
Tu pecera, que se hizo mía.
Ahora no tengo escondites. Te los conté todos y tengo miedo.
Ódiame, pero protege mi secreto.
Roto. Rompe y llora por no saber arreglar lo que no tiene arreglo.
Te faltan piezas del puzle.
No escuches todo lo que oigan tus orejas.
Aprende a mentir. Aprende a ocultar la verdad.
Ocultame y no se lo cuentes a nadie.
No lo entendiste.
No quiero que nadie lo entienda.
Silencio en mi memoria. Vacio en tu rincón.

Cuadrado



Circulando en línea recta sin dar la vuelta
Ni volver a un pasado olvidado por la prisa
Porque necesito encontrar el interrogante que me falta.
Lágrimas nunca derramadas porque aprendí a no hacerlo
Así que no confundas tu infierno con mi infierno,
Que el fuego es diferente en cada casa.
Y las mariposas negras siempre expiran en verano
Porque el sol las arropa demasiado
Y luego se van a ninguna parte,
Donde mueren los soldados de la guardia
Que han vaciado sus armas y ya no regalan flores.
Intentando caminar despacio pero
Corriendo siempre y es que el equilibrio es un ente inexistente.
Las hojas secas no comprenden a los árboles
Que caducan en otoño y dejan de quererlas
Y todo por complicarlo un poco más.
Que la basura se recoge por la noche y
Nadie se empeña en guardarla por si acaso
Vuelve a ser útil los días de lluvia y azúcar salada.
Y el mar se queda pequeño para
La gente demasiado grande pero
Tan poca cosa que hacen que la nada tenga sentido.
Y el sentido no lo es todo, pensarás que a veces
Es mejor dejar de pensar pero es imposible
Que un roble te de fresas en mitad de una tormenta.
El amarillo te persigue siempre que te alejas
Pero es insostenible llamar a otra puerta
Que no tenga un tejado sin tejas
Ni ratones merodeando en rincones circulares
Que se vuelven cuadratura cuando los lees en tu mente obtusa.
Sigues pensando demasiado en frases hechas
Que tenían sentido en tu cama triste y sola
Recortada por los bordes
Para darle esa forma desesperada de colchón trinchera sin
Mancha ni arruga que merezca la pena.
Continúa el guión de una vida a medias
Sin decisiones ni acuarelas que pinten mejor
Que las tragicomedias.

Documentándome



Ya no me sale parar el mundo.
Se me ha perdido todo y tengo poco tiempo.
No pensar se ha vuelto utopía.
Y el miedo me ha cogido cariño.
Me da igual, lo que importa es la compañía.
Y de eso sabe un rato.
Inventamos cosas juntos.
Cosas que no valen la pena, que nadie entendería.
Insultamos al cartero por no traernos nada.
Y nada es lo que recibimos a cambio.
Compartimos silencios incómodos
Y terminamos riendo como dos locos
Que no saben sobre la vida.
De miedo se vive siempre
Y sin miedo mueres.
Por eso lo disfruto,
Porque me está diciendo que estoy viva.


Agarrate fuerte cuando viajes conmigo
Que nunca sabes cuando soltare tu brazo.
Pero ten por seguro, que lo soltare.
Desaparezco entre fechas de caducidad inalterables,
Vendo muebles que ya no uso
Y trago saliva cuando me confundo.
La lógica se quedó atrapada en el tablero.
Inteligente como es, sabrá escapar.
Pero ya estaré muy lejos.
No me sueltes.
Debo ser yo quien te deje de lado.
No te miraré con desconfianza
Ni te dispararé a quemarropa.
Que ya me conozco un poco
Y sé que eso no es nada
Comparado con todo lo que puedo hacerte.


Sanguijuelas que se alimentan de mis pulmones
Donde guardo recuerdos que nadie conoce
Y que ellas vomitaran, eso seguro.


Sigo adelante, pedaleo sin montarme
Y no miro atrás.
Que el pasado me pilla muy lejos
Y he encontrado un futuro sin salida.
No contemplo las cosas que no hice
Ni me arrepiento de haber hecho demasiado.
No cuento chistes con gracia
Ni historias con finales tristes.
Pase página y me encontré el libro en blanco.
Con bolígrafos sin tinta,
No hay nada que contar.
Que ya he hablado demasiado
Y el espejo no devuelve mis llamadas.
El eco se ha cansado de escucharme
Y por fin ha encontrado el sueño.
No despiertes nunca,
No hay nada interesante.


Ser amante de la nada ya no es apetecible.
El vacío se ha hecho hueco y ahora es pozo sin agua en mi intestino grueso.
No infravalores el miedo inalterable.
Guíate con brújulas obtusas y veletas con libertad en lo alto de mi hueso.
Púdrete, pero a mi lado.
No me busques donde no haya ruido.
Que los senderos siempre llevan a un descampado
Y no hay juguetes sucios ni niños rotos por la vida.
Somos la sombra de un desconocido que nunca vuelve a casa.
Vete a por tabaco y no digas adiós
Que hay palabras que son sobras para el gato.
Y aúllale al sol dañino del medio día,
Ese que no tiene nada que contar.
Que a horas intempestivas el mundo deja de girar
Y si acaso, se vuelve cafeína.
Consumo lo que puedo y puedo con lo que consumo,
No importa el cielo si ya no tiene el color de las nubes en ceniza.
Hay miradas que se ven mejor en blanco y negro
Y colores sin color que pasan sin dejar huella.
Sigue los rastros de lavanda que ya no huele,
Y no olvides el lugar de tus rincones.
No hables en silencio mientras te mira el miedo
Porque hasta un perro puede oírte.
Guíate por la cometa que vuela sola
A la que el viento ha dejado de importarle.


Hoy sería tarde si fuese ayer.
Tengo tanto miedo que me da miedo decírtelo.
Asusta haberme unido tanto a ti.
No me alejes.
No respires si estoy cerca.
Quédate sin aire al verme.
Siénteme.

Sientame a la altura de tus brazos


Descaradamente te observo no mirarme, odiando que lo hagas.
Llámame loca, hazme sufrir.
No me sueltes.
Quiero saber que no soy nadie para ti.
Dame la razón en eso, quítasela al resto.
Que sobra gente con argumentos basados en razones equivocadas.
Nadie conoce a nadie.
Las ilusiones terminan desilusionando.
Me gusta no gustarte.
Me haces sentir desesperadamente absurda.
Me haces sentir tantas cosas que no entiendo nada.
No sé como pude estar tanto tiempo sin verte.
Frunciré el ceño cada vez que me mires.
Que  nadie se extrañe si me paso el día sonriendo.

Susurrando mientras grito


Sin inventar historias de desconocidos conociéndose
En donde todos los árboles dan frutas
Pero ninguno hace zumo, eso es cosa tuya.
Soy aire y metal oxidado por los años que no he vivido.
Eres agua y sorpresa que deja de serlo cuando te miran.
Evitando miradas que hablan demasiado sin palabras
Y que nunca son tan profundas como para caer en ellas.
No pensar, no hablar, no diciendo no.

Sentir que el tiempo fluye y me persigue.
Esconderme sabiendo que no tengo escapatoria.
Me enredo en el laberinto de la memoria
Y hay senderos que se han perdido.
No quiero buscar sin saber que puedo encontrarme.
Después pensaré demasiado
Y escucharé los cristales rotos de tantos vasos medio vacíos.
Cerebros que gritan desde los ojos ajenos,
No me pertenecen, no me perderé en ellos.
Y estaba mejor antes, cuando no había nacido.
Supongo que soñaba demasiado y tenía curiosidad por la vida,
Pero es tan decepcionante.
Hoy tengo un día raro, los colecciono.
Los almaceno tan ordenadamente que nunca los encuentro.
Y es que los recuerdos son tan escurridizos
Que cuando los atrapo se me resbalan en las manos.
No quiero pensar, no quiero pensar.
Estoy pensando, estoy pensando.
Dicen que somos libres,
Pero no puedo seguir corriendo.
La libertad no se reduce a olvidar los zapatos.
Ponme la máscara, ponme la vida.

Hoy no es para mí.


No me olvido de mí.
Aspiro y no lo suelto, el humo se queda esta noche a dormir.
Que fácil era bailar sobre el fuego sin quemarnos.
Y que difícil aceptar las quemaduras ahora.
Menos mal que está todo inventado, hay cremas para eso.
Dibujar setas en el vaho y saborear el vinagre que olvidaste.
No hacen falta aclaraciones bajo la tormenta.
Si no lo entiendes sonríe mostrando tu estupidez y pasa a otra cosa.
No hay que tener alas para poder volar, mira a superman.
Si te gusta el miedo, fóllatelo sin protección.
A veces los profilácticos sobran.
Vive las formas fálicas y tócalas lujuriosamente, pero con elegancia.
Que nunca hay que perder la educación.
Por eso yo respeto a esa sobredosis que te ha dejado sin neuronas.
Quítate las bragas y muestra lo que eres.
Vacío.

Si me vuelves a pedir la luna, te parto la cara.
Lo siento, pero hoy estoy en modo violencia.
Se pasará, sino dale al mute.
Olvídate de todos menos de mí, de verdad que soy interesante.
Idolátrame y construye un trono de cristal con mi nombre en él.
Así será más divertido pisarte.

No pidas queso a los ratones.
Avariciosos…

Que pesada me pongo cuando floto…

Juntos pintábamos estrellas sin brillo. No recuerdo como lo hacíamos.

Cuando digo juntos, me refiero a mí y a mi ego. Es mi mejor amigo.
Nunca te olvido.

En unos días me dan a lunática.
Modificaremos el mundo.
Solarizando…o sin solarizar…

Barco


No se en qué consiste tu mundo pero quiero perderme en el.
Desparecer entre pastillas para no reír y moléculas de ego mortífero.
Expectante por ver qué me deparan los segundos que siguen a esta frase.
No saber si odiarte desde cerca o quererte en la distancia.
Tu nombre suena ridículo cuando lo pronuncias al revés.
Te reto a que camines por la luna sin soltarte de mi mano.
Tranquilo, que la gravedad ha dejado de afectarme.
Mi vida es un caleidoscopio en blanco y negro, pero cuando veo una sonrisa escaparse de la nada el color se difumina en trazos psicodélicos.
Caminar cuesta arriba empieza a cansarme, por eso me voy a tu vida, que la tienes cuesta abajo.
En el caos se pierden las cosas que no valen la pena.
Pero la nada deja de tener sentido cuando la pones junto al todo.
Eras experto en pisar charcos que no te pertenecían.
Dibujar casas sin ventanas que esconden monstruos en los armarios no es tan divertido como dibujar el monstruo que se esconde en tu mirada vacía.
Arañabas las paredes intentando escribir tu nombre para hacerlas tuyas.
Pero nunca has tenido nada propio.
Es una pena que los barcos no puedan volar para asustar a las gaviotas.

Ronronea


Ironía. La cuarta cuerda no suena bien.
Hipocresía. Me recuerda a ti, desafinado.
Pedantería. Cuando el río suena, agua lleva.
Colapso mental. Veo los negativos de la película que odiaba. Empieza a gustarme.
Neurosis absoluta e irrevocable. Todo me recuerda a tu enfermedad. Me persigues y no quiero mascarillas que me salven.
Aforismos varios que suenan en mis rodillas y se convierten en onomatopeyas atropelladas. Lo sé, me he pasado.
Noches de resaca sin alcohol. Culpa de tener un cerebro atormentado por las dudas. Pesadillas sin sueño. Dormir. Es difícil. No recuerdo cuando empezó a serlo.
Se ha vuelto una costumbre enredarme en ti cada madrugada. Hablamos. Pero no te acuerdas de mi nombre.
Psicodélica. Así suena tu voz cuando mascullas palabras con pétalos de nomeolvides.
Ronronea el gato en su cajón favorito. Quiere decirme algo, pero no he aprendido a maullar, todavía.
Voy mal de tiempo, pero dame más, que puedo con todo.
Paranoia antipersona que se vuelve protección cuando te ve de lejos.
Lagunas mentales, más de cien activistas desempleados buscan Dios que haya olvidado el sueño.
Locura, cosa de la edad, se curará si me dedicas una página de tu vida.
Horas y tic tacs incomprensibles, no hay pájaro que vuele más allá de esa pared que pintaste de color desolación.
Efímeras son las palabras que nunca dijimos pero que sentimos tan dentro que estallaron en miles de diálogos inconexos.
Heterogeneidad imposible e inalcanzable con dos personalidades tan amantes de si mismas.
Inalterable es el momento en el que te vi por primera vez y me dio la risa.
Surrealista es tu cara y todo lo que esconde, como las cuevas en las montañas de Almería.
Dadaísmo incomprensible en el que te pierdes una y otra vez cuando quieres parecer interesante. Sólo parecer no, que ya lo eres.
Apocalipsis. Sucederá algún día, cuando deje de quererme. Tú no lo entenderías, el gamberrismo autodestructivo forma parte de tu cubertería.
Evolución extraña que parece hurgar en el pasado buscando lo inexpresivo.
Ronronea, cada noche, cada duda.

Lluvia



Hoy tenemos mucho en común. Sé que tú también estás mirando la lluvia. Seguro que te atrae, a lo mejor te pareces en algo a ella. Sé que es tu olor favorito. Ya sabes, la tierra mojada. Estarás sonriendo cuando vuelvas a casa. Igual que yo cuando salí de ella. Te mojarás por no llevar paraguas, pero lo entiendo, yo tampoco lo necesito. Llegarás empapado al sitio al que vayas y la gente te mirará sorprendida, como si fuera raro mojarse cuando llueve. A lo mejor te hacen algún comentario. Dirán: ¿por qué no te has puesto la capucha? Déjalos. Que no te comprendan. Los raros son ellos. Pero hoy eres feliz, bajo la lluvia y sin complicaciones. Pisa todos los charcos que veas, aunque procura no mancharte, que esas manchas en la felicidad son las más difíciles de quitar.
Que nadie te tape las carcajadas. Lo que quieres es reír. Ríe aunque les sorprenda.
Nunca sonríes, sólo los días de lluvia. Eso me encantará, lo sé.
No te gusta el verano, el calor no tiene nada de profundidad. Bajo la lluvia es cuando más aprendes. Sueñas con escribir canciones y algún día lo harás. Yo escribiré una para ti. Eres la única persona que podría comprenderlo.
Que cuando hablo de lluvia me refiero a algo más que va de la mano de esta. Se esconden muchos misterios debajo del agua. Quiero conocerlos todos. Tú también.
Y es que hay días en los que nos parecemos demasiado, aunque no nos conozcamos.

Que te pisen bonito


Hoy lo daría todo por ver como te pisan las cabras de las que tanto te reías. Seguro que dejarían de hacerte gracia, pero a mi empezarían a hacérmela. Es lo que necesitas, que alguien te aplaste contra el suelo.
Que en lugar de volar, flotabas, como un globo lleno de helio contaminado. Me encantaría ver como te estampan tu bonita cara y te empequeñeces. Te dio por pensar que eras un gigante por ser capaz de hacer daño a la gente. Eso me producía repulsión.
Eras asqueroso, jodiendo a los demás para sentirte bien. Nunca lograrás importarle a nadie. La gente como tú pasa siempre desapercibida. La indiferencia es tu maldición, el castigo que te has buscado.
Me viste jugar con fuego y pensaste que también podrías hacerlo. Pero yo me quemaba siempre, aunque no me importaba. Con el tiempo aprendería a manejar el fuego sin quemarme. Pero tú, brillante macarra sin clase ni autoestimas, te dedicabas a quemar a los que había a tu alrededor. Ahora no te preguntes por qué te has quedado solo.
Lo has perdido todo pero sigues pensando que eres el rey del mundo y las personas que se han ido, simples envidiosos. Dicen que a veces perdiendo se gana, pero eso no sirve para ti. Lo has perdido todo, no has ganado nada, y encima no te has dado ni cuenta. Brilla diamante loco, como si a alguien le importara lo que haces.
Llevas el cartel de no pisar colgado en la espalda, pero nadie quiere verte, por eso no lo han leído. Te mereces que te pisen. Disfrútalo como yo lo estoy haciendo.

Bosque oscuro



Juguemos. Te reto a que me encuentres. Perdámonos en ese bosque del que tanto hablas y escondámonos en sus profundidades oscuras. Búscame con las manos. Cierra los ojos, no quiero que me veas perdida y asustada. No estaré sola, tendré sueños para que puedas oler sus aromas. Eso lo hará más fácil, porque el bosque es muy grande y te llevará mucho tiempo fijarte en mí.

Seguramente no valga la pena. No puedo hacerte promesas, siempre cruzo los dedos. Te haré infeliz y te destruiré poco a poco, desde dentro. Pero a veces te haré reír, es lo único que puedo darte. No te abrazaré a no ser que yo lo necesite. Lo siento, pero mi ego funciona de esa manera. Únicamente hago aquello que me beneficia a mí. Bueno, si tienes un problema puedo intentar ayudarte, pero nunca a costa de joderme yo. No sufro por nadie. Aunque si me encuentras entre tanta mierda puede que valga la pena herirme por ti.
Tengo muchas cicatrices, pero me las he hecho yo, nadie me ha ayudado. Quizás tú seas el primero en hacerlo.

No lo sé, el bosque está demasiado oscuro y yo no llevo mechero para alumbrarte. Puede que no me encuentres nunca.

A lo mejor me da miedo y grito y corro para encontrarte. Quizás valga la pena hacer un esfuerzo para encontrar tus manos.

Tiempo

No estoy soñando. Me limito a respirar. Sólo cojo aire y lo expulso. Mi tiempo esta bien, sé que no lo estoy perdiendo. Aprendo. Cada día entiendo una nueva realidad que ayer desconocía. He dejado de ser caprichosa. Ahora soy sensitiva. Y te siento. Sé que es extraño que sienta lo desconocido como si lo conociera.

El mundo tiene formas nuevas y colores más silenciosos. Todo gira en torno al silencio. Las fotos en blanco y negro han empezado a ganar importancia. Las quiero, las necesito y las conseguiré. Porque he decidido hacer todo lo necesario para ser feliz. Regalarme felicidad a cada instante. Y si estás cerca puede que también te regale un poco. A ti, que me desconoces y conoces sin saberlo, que has paseado por mi mente tantas noches y que has compartido conmigo el comienzo de la primavera. Sé que necesitas lo mismo que yo, aunque todavía no sepamos qué es, pero necesitamos algo. Todos necesitamos algo. Cuando encuentre ese algo sé que me conoceré mejor, quizás tú sientas lo mismo.

He decidido quedarme quieta en un punto fijo por un tiempo indeterminado, esperando. Porque a lo mejor así en lugar de encontrar lo que necesito, ese algo me encuentra a mí. Es absurdo. Lo lógico sería buscarlo, sería la opción valiente. Pero no me consideró cobarde por quedarme quieta, me considero tranquilidad y calma. Como si el aire que llevo dentro estuviera relajado y quisiera seguir adelante, pero sin prisas. No perder el tiempo, sólo aprovecharlo.

Un instante de entendimiento.



Él quería poner el mundo a sus pies, pero los pies de ella querían pisar su mundo.
No se entendían, eso era lo más extraño. No es que fueran diferentes, que lo eran. Era que no se querían comprender. Cuando él quería algo, ella quería lo contrario. Pero les iba bien, habían empezado a acostumbrarse. Discutían cada día, cada instante de felicidad lo borraban con insultos tristes y desesperados. Pero eso lo hacía todo más interesante. Nunca se aburrían juntos, siempre encontraban algo que tirar a la cabeza del otro. Se dañaban mutuamente pero no se hacían daño.
Pero un día él empezó a quererla de una forma enfermiza. Una clase de amor de esos que son destructivos y posesivos. Pero la quería tanto… Necesitaba tenerla a su lado, mostrarle su mundo y que también fuera de ella. Tenía que hacerla feliz. Intentaba hacerla feliz. Pero nunca era suficiente.
Dejaron de discutir porque él ya no quería vivir de esa manera. Sólo quería hacerla reír pero ella ya no se reía nunca. Ella quería que volviera el de antes, su compañero de insatisfacciones. Pero ahora ya no había peleas y todo parecía tan monótono.
Una mañana ella se fue. Dijo que tenía que escapar de la pecera, que los dos juntos no cabían. Y se fue. Hizo la maleta y salió por la puerta.
Él sabía que no podía estar sin ella, pero juró que lo intentaría. Pasaron las semanas y él seguía extrañándola. Pero ella había rehecho su vida.
Se encontraron paseando por el centro. Ella ya no le quería, había conocido a otro y seguía discutiendo siempre que podía. A él le carcomieron los celos al verlos juntos. Era insoportable, no lograba entenderlo. Ella tenía que ser suya, no quería compartirla, no podía. La siguió hasta su nueva casa. El otro no vivía con ella. Espero pacientemente a que aquel intruso se marchara y llamó a la puerta. Ella abrió, semidesnuda. Él la deseaba, pero no había llamado a la puerta por eso. Entró. Le pidió un vaso de agua, aunque no tenía sed. Ella le llevó a la cocina. Él cogió un cuchillo que había sobre la mesa y la mató. Así, sin florituras ni adornos. No hace falta más. No se dijeron nada. Ella le miró y sonrió. La muerte era lo que había estado buscando y sólo él supo dársela.

Pensión compleja


Risto Mejide:
Antes que nada, perdona si huele un poco a cerrado, hacía mucho tiempo que nadie se alojaba aquí, y menos aún con la intención de quedarse. Ábreme bien de puertas y ventanas. Que corra el aire, que entre tu luz, que pinten algo los colores, que a este azul se le suba el rojo, que hoy nos vamos a poner moraos. Y hablando de ponerse, vete poniendo cómoda, que estás en tu casa. Yo, por mi parte, lo he dejado todo dispuesto para que no quieras mudarte ya más. Puedes dejar tus cosas aquí, entre los años que te busqué y los que te pienso seguir encontrando. Los primeros están llenos de errores, los segundos, teñidos de ganas de no equivocarme otra vez. El espacio es tan acogedor como me permite mi honestidad: ni muy pequeño como para sentirse incómodo, ni demasiado grande como para meter mentiras. Mis recuerdos, los dejé todos esparcidos por ahí, en cajas de zapatos gastados y cansados de merodear por vidas ajenas. No pises aún, que está fregado con lágrimas recientes, y podrías resbalar. Yo te aviso.
El interruptor general de corriente está conectado a cada una tus sonrisas. Intenta administrarlas bien y no reírte demasiado a carcajadas, no vayas a fundirlo de sopetón. No sé si te lo había comentando antes, pero la estufa la pones tú. Y hablando del tema, he intentado que la temperatura del agua siempre estuviera a tu gusto, pero si de vez en cuando notas un jarro de agua fría, eso es que se me ha ido la mano con el calentador. Sal y vuelve a entrar pasados unos minutos. Discúlpame si es la única solución, es lo que tenemos los de la vieja escuela, que a estas alturas ya no nos fabrican ni los recambios. Tampoco acaba de funcionarme bien la lavadora. Hay cosas del pasado que necesitarán más de un lavado, es inevitable. Y hay cosas del futuro que, como es normal, se acabarán gastando de tanto lavarlas. La recomendación: ensuciarse a su ritmo y en su grado justo. Eso sí, no te preocupes por lo que pase con las sábanas, que las mías lo aguantan todo. Para acabar, te he dejado un baño de princesa, una cama de bella durmiente, un sofá de puta de lujo y algo de pollo hecho en la nevera. Para que los disfrutes a tu gusto, eso sí, siempre que sigas reservando el derecho de admisión. Aquí no vienes a rendir cuentas, sino a rendirte tú. Aquí no vienes a competir con nadie, sino a compartirte a mí. Y lo de dar explicaciones, déjalo para el señor Stevenson. El resto…No sé, supongo que está todo por hacer. Encontrarás que sobra algún tabique emocional, que falta alguna neurona por amueblar y que echas de menos, sobre todo al principio, alguna reforma en fachada y estructura. Dime que tienes toda la vida, y voy pidiendo presupuestos. Dime que intentaremos toda una vida e iréenconfrando mis nunca más.

Sólo yo.

Quisiera volar tan alto que nadie pudiera verme. Desaparecer del todo, como esas veces que te quedas en silencio y nadie te presta atención. Y es que últimamente prefiero escucharme antes que oír las voces insípidas de la gente. Cada vez busco más conversaciones incoherentes pero cargadas de ironía, de esas que te hacen pensar antes de hablar o hablar sin pensar. En el fondo sé que tiene sentido. Parece que ahora todo empieza a tenerlo. Es como si de pronto hubiera atravesado una nube de humo y ahora estuviera todo claro. Supongo que estoy creciendo a mi manera, lentamente y sin perderme. Pero ya no me preocupo, estoy tranquila. Cometo demasiados errores, pero me encantan, y siempre vienen con una letra pequeña que me da la solución a mis problemas. No reconozco a esa persona que era antes. Me escondí detrás de la máscara de un desconocido. No se parecía en nada a mí y ahora me he dado cuenta de que yo valgo la pena. Y quizás hable demasiado de mi misma, pero es sólo una etapa. Con el tiempo tendré más temas. Pero por el momento me dedico a caminar, y como son mis pies los que caminan, tiene sentido que hable de ellos. 

Tumbas vacías.



La ausencia no es el olvido pero el pasado nunca vuelve.
El futuro no espera a los torpes que se caen sin levantarse.
Se prohíbe todo lo interesante pero no prohíben a los hipócritas su hipocresía.
Hay gente que siempre se va y personas que siempre vuelven.
Todos tenemos miedo a tener miedo y nos alejamos de los que nos importan.
Sonríes tan poco que eso te hace muy interesante.
Si te rieras más a menudo no serías un baúl escondido debajo de alguna cama.
Detrás de los cuadros siempre hay una caja fuerte con combinación sencilla.
El vino es para el invierno y la cerveza para el verano, pero al revés también me gusta.
Echo de menos los bailes sin sentido cargados de confianza.
A veces nos olvidábamos de decir adiós y esa era mi parte favorita.
No me pidas perdón por ser tú mismo porque así haces que te odie.
No vueles cometas los días de tormenta o te quedarás sin esperanza.
No sueñes con laberintos sin bancos donde descansar, ni perros verdes que saluden.


No sueltes mi mano.
Búscame y acepta el resultado.
Improvisa mi historia y haz que nunca se me olvide.
No quiero dejar de querernos.
Me enseñaste a esperar algo mejor que lo que he conocido.
Dijiste que me abrazarías desde mi estrella.
Nuestros caminos no se separaron, se unieron y se hicieron de asfalto.
Aún sigo soñando con guisantes.

Cold



Sacaré a mi ego a pasear cada vez que hable contigo, no quiero recordarte que tú no tienes.
Creo que hablar sin decir nada se volvió una costumbre para ti.
Te enfadabas conmigo cada vez que no eras capaz de comprenderme y me decías idiota.
Los idiotas son los que no entienden y se parecen bastante a ti.
Físicamente hablando me recuerdas más a la definición de superficial, tienes una nariz muy parecida.
Nunca aprenderás a buscar las razones de la sinrazón correctamente.
Hasta la incoherencia es comprensible si dejas de pensar en la incertidumbre de no saber nada.
Te obstinas demasiado en datos y fórmulas sin pensar en resultados y conclusiones.
Hay un tipo de locura que no hace daño a nadie y que no se puede considerar enfermedad, pero tú no lo sabes porque no eres nada empático.
Dices loco como si fuera el mayor insulto del mundo pero el efecto que produce en mí esa palabra es muy satisfactorio.
Claro que la satisfacción para ti sólo son los efectos de las drogas y el sexo.
Pero hay más tipos de satisfacciones que nunca conocerás si no abres los ojos como platos.
Aunque nunca he entendido esa expresión, los platos no tienen ojos.
Será mejor decir, abre los ojos como un búho.
Pero los búhos son nocturnos y tú de noche sueles estar o dormido o inconsciente.
Deberías probar a dejarte llevar y a meter mano en el metro sin pensar en los demás viajeros que sueñan con aliviarse.
Siempre te importó demasiado la opinión de la gente, tanto que desatendiste tú propia opinión.
Por eso te enfadaste cuando dije que me quería más a mí que a ti.
No puedo evitar quererme y eso es algo que no va a cambiar nunca por mucho que tú intentes que cambie.
Aprende a andar descalzo por la hierba y quizás así me conozcas mejor.
O en calcetines también vale.
Y nunca grites o llores si te cortas el pie con un cristal, sólo siente lo que sientes.
Sentir dolor físico no es malo, no tengas miedo.
El dolor que más duele nunca hace sangre.
Abandonar a los perros es muy fácil, sobre todo cuando ellos han dejado de confiar en ti.
Y es que no se puede confiar en la gente con una máscara como la tuya.
Te escondías detrás de caramelos con palo y nunca pude ver bien el inexistente brillo de tus ojos.

No te asustes


No te asustes de mi risa malvada y famélica.
No te rías de mis noches de pupilas dilatadas.
No vueles en mi contra sin llevar las luces puestas.
No vengas a buscarme a la calle de los espejos porque estaré esperándote.
No sientas mis mismas sensaciones inquietas.
No sueltes mi dedo para cruzar el puente de mi nombre.
No me beses a escondidas porque no me daré cuenta.
No olvides los túneles de colores de tu mente.
No intentes sacarme de mi pecera de gas butano.
No quieras llegar tan lejos las tardes de pan recién hecho.
No choques contra mí por no mirarme.
No te caigas cuesta arriba en bicicleta.
No sueñes sin la nocturnidad que requieren los sueños.
No cierres los ojos para no hacerme daño.
No pierdas los papeles en el autobús por no llevar los cascos.
No cierres la puerta demasiado fuerte sin soltar el pomo.
No llames a la gente por mi nombre.
No tengas miedo a los semáforos que andan.
No mires a un payaso a los ojos mientras sonríes.
No grites si las cabezas te persiguen.
No pongas esa cara tan seria si no te regalo un calendario.
No mires el reloj si no sabes leer entre líneas.
No hables cuando tengas demasiado que decir.
No te des la vuelta cuando se la den los demás.
No abras la puerta del coche sin ponerte el casco.
No deshagas la cama cada mañana de dolor de cabeza.
No seas sincero con los cráneos sin pensamientos.
No pierdas la actitud que tanto odiabas.
No te deprimas por no llegar a tiempo.
No quemes hojas que ya han conocido el fuego.
No escuches la canción que elegiste sin quererlo.
No te encapriches de los helados de mora que te daban en el árbol con raíces centenarias.
No me dejes de inventar personalidades sin historia.
No seas tan simple como una silla sin respaldo.
No duermas sin abrazos estranguladores.
No admitas las derrotas que nadie conoce todavía.
No respires más rápido que tus ideas.
No cumplas las promesas de dedos cruzados en la espalda.
No digas la verdad si te gusta que te mientan.
No te asustes si se rompe la barrera del sonido. 

Escotomización y el primer cigarro después del último.



Imagino 105 noches en vela hablando de nada y riéndonos del tiempo.
Y aún lucho por el momento en el que no pueda callar y empiece a disparar 106 canciones por mi boca.
Te equivocaste al pensar que el cielo era azul porque hay noches que se vuelve negro.
Y te tiraste por un barranco a causa de pensar demasiado así que no me eches la culpa que yo hace un día que dejé de tenerla.
He cosido todos mis bolsillos para no tener que guardar nada.
Que antes lo metía todo en los tuyos y al final te quedaste la mariposa.
Y es que los corazones son puños de sangre y eso a veces no lo acepto.
Yo los veo como círculos con una esquina en donde suelo perderme.
Y por más brújulas que me regales sabes que nunca caminaré hacia el norte.
Que en diagonal se llega antes que por carreteras rectas.
Y los coches tienen luces para que no veas su color.
Me siguen dando miedo las tormentas pero estoy empezando a disfrutarlas.
Salgo a la calle a mojarme el pelo y lo veo con más claridad.
Que la escotomización se quedo a vivir en mi cabeza y todo son secuencias.
Y es que hay recuerdos que dejan de recordarse porque no los necesitas.
Y en cambio hay otros que se tatúan en tu piel con formas de laberintos con puertas.
No me digas que el querer es más dulce que las gominotas, que he aprendido a poner los pies en el suelo a ratos y sé que eso no es cierto.
La diferencia entre un ratón y una rata no está en el sexo, aunque quizás si en el rabo.
Pero es que el sexo deja de tener sentido cuando se habla demasiado.
Tendría que haber pensado que reírme cuando no me contaban chistes no era normal.
Pero es que no sé porqué todo parecían adivinanzas sin respuestas
Y me puse a hacer puzzles en aquella sala de espera amarilla.
Me gustaría aprender a jugar al ajedrez para matar a tu reina pero no quiero que te comas mis caballos.
Si te regalo un sugus no creas que me estoy burlando o diciendo: te necesito.
Que los sugus son sugus a pesar de que tú los veas como simples caramelos.
Porque para ti todo era simple y hasta un sugus tiene más corazón que una lechuga.
Y si vas a Granada no te olvides de traerme un imán para la nevera aunque mi nevera no sea de esas, la mía tiene clase.
Que el cigarro de después ya está durando demasiado.
Dijimos de darnos la mano y me tiraste a las vías.
Te haría gracia pero yo no sabía salir.
Y entonces vino él con su mirada pérdida y oscura, me dio la mano y me sacó del agujero.
Me dijo que odiaba los tiros a quemarropa y que esa noche yo la pasaría con él.
Acepté y me fui corriendo pero en algún punto me atrapó y discutimos.
Era lo que me apetecía hacer.
Si iba a abrir la boca, al menos que fuera para eso.
Y por las noches sigo oyendo el sonido del metro y de un coche rojo que para.
Y como llevo las llaves encima, salgo saltando y me voy a mi escondite
A escotomizarme de nuevo.
Y quien necesita un loquero cuando tiene un boli y un papel a quien contárselo todo.
Que ellos no dan consejos y yo no los escucho.
Que ya sé dibujar en blanco y negro y estoy aprendiendo a usar el gris.
Pero no me pidas que le ponga más colores porque no me gusta lo artificial.
Dibujo sonrisas como las del gato de Cheshire pero ya no tienen gracia.
Ahora prefiero las lágrimas aplastadas en cuadernos que se secan y puedes utilizar para separar las páginas de un incendio.
Quemarlo todo no es la solución pero apetece.
El problema es que hay fuegos que ya no queman, aunque si que liberan al humo.
Y es que se empeñan en poner grilletes a todo lo que tiene libertad.
Me gustaría regalar bozales a demasiados gatos sucios mentalmente y sin abandonar.

Niñombre




Sentir el orgasmo sin que me toques, imaginando que lo haces.
Subirme a esa noria que inventaste para mí y no bajar nunca.
Haces que gire todo al revés y así se entiende mejor.
Que lo que pasó ayer pasó y ya.
Lo hice, lo hiciste y al menos hicimos algo.
Que a veces nos limitamos a no hacer y nos caemos sin montarnos.
Mi noria es lo que tiene, que se mueve como el metro.
Con baches y a lo loco.
La monogamia es más fácil cuando somos diferentes.
Y chocamos como trenes tan rápido que no se ve.
Pero lo sentimos y es lo que cuenta.
Nadie sabe nuestros secretos ni las conversaciones que nunca tuvimos.
Porque hablé contigo tantas veces en mi mente que tuviste que escuchar algún susurro.
Te dije como era pero en voz alta no me sale describirme.
Que a veces pasas sin mirarme porque te da miedo hacerlo.
Lo entiendo. Yo también lo he hecho.
Porque nos vemos reflejados en los ojos del otro pero eso también nos pasa con los ojos ajenos.
Y da miedo saber que no somos tan fuertes.
Que cualquiera puede vernos, pero observar es sólo para ti.
Porque ese parque que tanto te gusta lo hicieron para verte sonreír.
Trajeron una parte de otro mundo para ti y no te das ni cuenta.
Pero en el fondo lo sabes y por eso sigues yendo.
No es por la hierba, aunque creas que en invierno su color es diferente.
Vas porque es para ti y por eso sonríes cuando te quitas los zapatos.
Que comes limones aunque no te guste su sabor ni su color porque hay algo en ellos que siempre te da una sorpresa.
Conoces tantas historias que las mezclas pero sigues desconociendo los finales.
Piensas que el final es la muerte y es una tontería escribir fin cuando todos siguen vivos.
Todo continúa después de esas palabras.
De pequeña decías que de mayor querías tener una historia con la palabra fin,
Pero ya se te fue esa ilusión.
Ahora buscas el continuará en todas las ventanas que dan al norte.
y el viento es tu aliado cuando no quieres ver a nadie.
A tu lado era más difícil porque se te da bien enredar las cosas.
Meterte en líos pequeños y salir de ellos fortalecida.
Te gustan los diamantes porque no se rompen pero tú tampoco te has roto nunca.

Le decía te quiero a tus pupilas


Cuando te decía te quiero no mentía. Pero es que no te lo decía a ti, me lo decía a mí. Se lo estaba diciendo a mi reflejo, que lo veía en tus ojos. Le decía te quiero a tus pupilas.
Lo siento. Sé que me vas a odiar al contarte esto. Pero míralo por el lado bueno, ahora te será más fácil olvidarme, si es lo que quieres. Yo no voy a olvidarte, que si lo hago no habré aprendido nada. Puedes insultarme y pensar que soy lo peor. Pero no me arrepiento, fue un error, pero los errores están para cometerlos y aprender. No sé. Supongo que he aprendido a quererme. Al principio te quería tanto que me olvidé de mí. Sólo te quería a ti y entonces no era yo. Así es más fácil. Piensa que realmente no me conociste tal y como soy. No conociste esa faceta mía que sangra ego y no le duele. Que soy narcisista y egoísta. Que cuando tengo un problema me vuelvo nihilista y dejo de pensar que vale la pena. Por eso creo que es importante que te dé las gracias. Porque gracias a ti ahora me conozco un poco más. Pero es que me quiero con todos esos defectos que a ti te hicieron salir corriendo. No me entendías y probablemente ahora tampoco lo hagas. Pero no estoy aquí para que me entiendas. Estoy para entenderme yo. Para decirte esto en voz alta y soltarlo todo. Necesitaba gritar y esta es la mejor forma que tengo de hacerlo. Tú no eras el problema. El problema es que aprendí a quererme, otra vez. Porque dejé de quererme cuando te conocí a ti. Y puede que pienses que nunca podré querer a nadie porque dejaré de quererme a mi y me daré cuenta y volveré a quererme y volveré a decirle te quiero a las pupilas. Pero no es así. Tú y yo no encajábamos. No formábamos parte del mismo puzzle. Pero pensamos que debíamos estar juntos. Me adapte a ti y me dejé de lado. Ya no me veía guapa ni quería mirarme al espejo, me maquillaba y me vestía para gustarte, pero a mí no me gustaba.  Y todo aquello que a ti te gustaba de mí era porque así lo quería yo. Quería gustarte y encajar en ti y darte las gracias por haberme visto entre las demás. Pero no era yo. Ahora lo sé, y al decirte esto, quiero que tú también lo sepas. Quizás he desvariado demasiado y digo cosas tan locas y simples y raras que a lo mejor no has entendido nada. Pero yo te lo he dicho. Eso es todo. Que cuando decía te quiero, se lo decía a tus pupilas.

Cortometraje

Qué difícil. Pero me parece que aún es más difícil quedármelo para mí sola. Supongo que por eso lo hago. Tú siempre me preguntabas en qué momento había empezado a quererte. Empecé a quererte exactamente cuando me llamaste para decir que me dejabas. De hecho fue en ese preciso momento cuando olvidé el amor que sentía antes, me olvidé de la ternura y del sexo, de tu lengua, me di cuenta de que lo que había sentido antes no era más que el simple reflejo de lo que es el amor. Descubrí que no te había querido nunca. De repente pensé en aquella tortura que practicaban en Francia. ¿Sabes qué hacían? Ataban las extremidades de una persona a cuatro caballos y los azuzaban en direcciones diferentes. Pues así es cómo me sentí. Así es cómo me siento. Ahora ya sé lo que es amar. Te amo con esa clase de amor que había rezado por sentir cuando era una adolescente y que ahora rezo por no volver a sentir nunca más.
No lo se, solo quiero que sepas como me siento, y no te creas que lo que busco es volver a intentarlo. No. Sólo quiero que sepas como me siento. No quiero que tú sigas con tu vida, sin saber como me siento. No lo soporto. En fin, creo que ya está.


Le dan golpes y se calla. No sabe qué hacer. Está confundida tratando de imaginar esa historia que nunca le llega. Y corre, sale huyendo tan rápido que nadie la ve, nadie la detiene. Y llega allí, a ese callejón que tan desapercibido le pasa al resto de la gente. Y se choca contra un muro de piedra. Sin salida. Y sola. Porque hay callejones sin salida en los que no puedes dar la vuelta, y ella se metió en uno de esos. Mira la pared y observa los huecos que hay en ella. Piensa que sus pies son tan pequeños que quizá pueda meterlos en los huecos y llegar arriba. Pero puede caerse a mitad de camino y eso es bastante altura. O puede que no sepa bajar o que no haya nada al otro lado. A lo mejor está en ese callejón por alguna razón que todavía desconoce, pero será mejor quedarse quieta y esperar. No debe tardar mucho en llegar la respuesta. Piensa en él. Es lo que pasa siempre. Tienes un problema y piensas en esa persona que consigue que lo difícil parezca fácil. Y en su caso esa persona es él. Sin nombre ni apellidos. Se le viene a la mente su imagen, su sonrisa. Y se descubre sonriendo ella también. Si es que a veces se nos quita el miedo de pronto. Dice su nombre en voz alta, bueno, más bien en un susurro. Nadie más lo ha oído, no hay nadie que preste atención. Se ha llenado de valor, ahora el muro parece más pequeño así que escala por el. Llega arriba y, sin miedo, salta al otro lado. Hay un hombre pero no es él. Aunque tiene algo parecido. Quizás sea la nariz. No lo sabe. Pero le necesita a él, no a ese hombre. Vuelve a correr, pero esta vez si sabe a donde va. Corre. Quiere ir a donde sabe que él va a estar, a su sitio favorito. Él iba allí cuando quería estar solo porque estaba frustrado y necesitaba encontrar algo pero no sabía muy bien el qué. Coge el metro, sabe que corriendo no llegará, se cansará por el camino y terminará sin voz, y necesita la voz porque tiene muchas cosas que decirle. Piensa mucho, inventa la misma escena una y otra vez. Llega a su parada y se baja. Sale del metro. Ahí está el parque, su parque. Es tan inmenso. Va a ser difícil encontrarle. Pero ha escalado un muro por él, confía en encontrarle. Se concentra, por si así puede sentirle, pero nada. Sigue andando, da vueltas por todo el parque, corre, se ahoga. Ya no le importa quedarse sin voz. Tiene que estar, tiene que encontrarle. Pasa el tiempo y nada. Se tumba en la hierba. Respira. En un rato seguirá buscando. Le da el sol en la cara y no tiene gafas. Cierra los ojos. Ve esa luz anaranjada. Pasan los minutos y esa luz se vuelve negra. Ya no siente el calor del sol. Normal, piensa. El sol se mueve. Pero alguien se sienta a su lado, lo nota. Abre los ojos y le ve. Él. Tanto buscarle para que al final él la encuentre a ella. Él le dice que tiene que hablar con ella, que la echa de menos y quiere decirle muchas cosas, pero que no sabe cómo empezar. Ella siente lo mismo. Ha ensayado tanto esa escena que la ha olvidado por completo, las palabras huyen de su boca. Ninguno sabe que decir, se miran. Intentan hablar con la mirada. Pero se preguntan si el otro entenderá lo que quieren decir. Él la entiende y ella le entiende también. Pero hay dudas. Abren la boca. Lo van a hacer. Van a hablarse. Me aburres. Dicen a la vez. Se besan. Al lado hay unas chicas jugando a las cartas, lo han visto todo, han oído esas palabras y ninguna entiende nada. Nadie lo entendería, sólo ellos. 

Tormenta de arena.



Soñé que lloraba y era maravilloso.
Te pedí que dibujaras la luna y solo hiciste un círculo.
Y entonces me dieron ganas de llorar y eso fue lo que hice.
No te rías, no es absurdo.
Tu cabecita loca ha perdido la locura
Y ya no sueña con perros verdes sin actitud.
Si no compartes mis sueños busca a alguien con quien tener los tuyos propios.
Pero no me atormentes dibujando círculos sin esquinas.
Que la vida son espirales sin sentido y tú no sabes pintar.
Si te pierdes en laberintos es lógico que te pierdas en mí también.
Pero no me pidas que me tire a eso que llamas precipicio.
No quiero mancharme las botas por ti nunca más.
Fue una tontería querer quererte.
Que el querer viene solo y yo lo forcé.
Pero ya no cometo los mismos errores de siempre.
He empezado a innovar y a tirarme desde canciones más altas
Que las que compartíamos.
Pero no hay mejor canción que la que escucharé algún día.
Cuando encuentre a alguien que haga que no tenga sentido.
Y si te veo pronto te daré dos besos y pensaré que no has cambiado.
Sigues creyendo que las piruletas son préstamos hipotecarios.
Y no te olvides que dijimos que las cosas terminan.
Pero no creas que eres malo por haber seguido adelante,
Que yo ya continúo desde mucho antes de ti.
Puede que pienses que sin el nosotros la vida esta sola.
Pero no es así, el nosotros era la soledad de la vida.
Y ahora que ya no estoy sola y sé encontrar el camino hacia la nada sin darme cuenta es cuando pienso que tendría que haber empezado a correr mucho antes.
No se puede dormir de pie y yo me empeñé en conseguirlo.
Ahora miro por la ventana y sonrío
Porque he vuelto a ver las burbujas que se fueron hace un tiempo.
Ya no tengo ojos, ahora he aprendido a sentir y a mirar más allá del reloj.
Y dibujo tormentas de arena que han parado el tiempo.
Ya no sé como decir que no estoy bien, estoy mejor.

El payaso me recuerda a ti.



Si el payaso te mira, dale la espalda.
No trama nada bueno, casi nunca lo hace.
No tiene flor pero es tan bonito.
Te caes y te quedas en blanco.
Si te levantas se dará cuenta.
Mejor no te muevas y te haces invisible hasta que se vaya.
Podrías perseguirle a su batcueva
Pero tus pies no se mueven.
Te está mirando, pero no puede verte.
Respira, que a veces se te olvida todo.
Si viene hacia ti será mejor que corras.
Es un consejo, no lo sigas.
Que los consejos sirven para ser escuchados, pero no para seguirlos.
Si te encuentras una nave espacial invisible, como tú,
Súbete a ella.
Sólo tú puedes ver naves invisibles.
Y volarás por el hiperespacio o como quieras llamarlo.
Escríbelo todo y luego si quieres me lo cuentas.
Quiero saberlo.
No te rías de los gnomos, son tan vengativos.
Escucha una canción una y otra vez hasta que sea tuya.
La escribieron para ti, no tengas dudas.
Si quieres algo de beber, bébete esas lágrimas que se le escapan al payaso.
Y dale vueltas, verás que suena una melodía.
Le conozco desde siempre y es un atrapasueños.
No confíes demasiado.
Su música es perfecta, te ayudará.
Pero es que a veces hace daño sin quererlo.
Estás genial y te regala una canción triste.
Te recordará que no todo es alegría.
Pero esta bien, puedes hablar con él.
Aunque nunca dice nada, creo que no tiene lengua.
Cuenta chistes con las manos.
Si estás atento le entenderás.
Sólo sigue la melodía del payaso sin sonrisa.

Sobrevuela.


Él se infravalora demasiado. Se lo dije varias veces y nunca me creyó, pero quien le conoce sabe que es verdad. Se ve pequeño comparado con los demás.
Me preguntó qué que era lo que debía hacer. Le dije: sobrevuela. Y me sobrevoló. Estaba loco, pero loco para bien. Veía la vida con ojos de niño. Yo le llamaba niñombre porque así era como le imaginaba.
Se perdió tantos momentos por mirar al cielo que no me creerías. Y es que se dedicaba a eso. A imaginar figuras en las nubes. Pero su imaginación iba demasiado lejos y nadie más veía esas figuras. Imaginaba hasta colores.
Todo por hacerme caso. Sobrevuela. Y lo hizo. Lo sobrevolaba todo. Aprendió a ver la vida desde demasiado alto. Tan alto que casi nadie se fijaba en él. Sólo le mirábamos los que le conocimos antes de sobrevolarlo todo.
Era genial. Una de esas personas que sabes que es especial sólo con tocarla. Te transmiten algo. Son imanes eléctricos. Pero nunca llegas a ver su verdadera cara. No se la muestran a nadie. Viven del misterio que generan. Hablan por hablar y de pronto dicen algo impresionante, algo capaz de mover dos centímetros el mundo. Sólo dos centímetros, pero son dos centímetros que lo cambian todo.
Pero ellos nunca cambian. Mantienen su mirada y su toque mágico. Pierden la sonrisa pero cuando te encuentran triste y solo, te regalan una que tenían escondida. Y es que él era así, lo escondía todo. Nunca sabré ni la mitad de la mitad de sus secretos. No encontraré sus escondites. Pero le encontré a él.
Sobrevuela el mundo. Si miras al cielo atentamente le verás. Debes estar muy atento porque es bastante rápido. Olvídalo. No le vas a ver. Está escondido. Es místico y atrayente. Su aura es de mil colores, así que nunca sabrás cómo se siente. No intentes verlo. Siéntelo cuando te toque. Porque ese momento será especial. Le conocerás y te sobrevolará. Le dije: sobrevuela. Y me sobrevoló.

Improvisa





Para quieto un momento y déjame decirte lo que me gustaría de ti. Cuando te encuentre quiero que me digas cosas que sólo entendamos nosotros. No cosas cursis. Cosas raras y extrañas que no tengan sentido para nadie más. Quiero que me digas que me odias cada vez que discutamos. Nunca me des la razón aunque la tenga. Miénteme todo el rato y yo haré lo mismo. Tírame a una fuente cuando hable demasiado. Si me caigo porque soy  torpe, tírate aposta y ríete conmigo. Escríbeme una mala canción llena de metáforas. Por las mañanas dime que soy bonita, pero no te atrevas a besarme. Cuéntame cuentos inventados en los que el príncipe rechaza a la princesa y se queda con la trapecista ambulante. Dime que no a cada cosa que te pida, pero termina haciendo esas cosas por mi. Cuéntale chistes verdes y de mal gusto a mi padre. Ponte camisas de vez en cuando. Enséñame a tocar el piano. Cantemos juntos en la ducha. Retrasa los relojes una hora para abrazarnos por las mañanas. Ríete de mis estornudos. Grábame mientras duermo sólo para enseñarme mi forma de roncar. Préstame tu ropa para coger el metro a tiempo. Inventa comidas y ponles mi nombre. Hazme fotos, hasta que te des cuenta de que no soy fotogénica. No llores nunca. Tienen que gustarte las películas antiguas. Veremos una cada noche. Enséñame a entenderte. Quiero aprender contigo. Háblame de cultura y haz que lo comprenda todo. Crea el insulto perfecto para mí. Mezcla palabras. Amueblemos juntos nuestras cabezas. Hagamos locuras que tengan sentido sin pensarlo. Quiéreme la mitad de los días. La otra mitad, échame de menos. Un día ponte celoso y enfádate conmigo. Llévame a montar a caballo y móntate al revés. Ten una risa contagiosa. Piensa demasiado. Sé profundo. Tengamos conversaciones filosóficas y saquemos conclusiones equivocadas. Juzguemos a la gente y luego conózcamolos para sorprendernos. Pidámoslo todo por favor y demos siempre las gracias. Ábreme la puerta. Invítame a cenar a un sitio caro sólo por una vez. Despiértame con música. Bésame la nariz cuando me enfade. Hazme reír. Confiésame tus secretos y escucha los míos. Pertenéceme. Átame. Compartamos algo. Seamos diferentes. Abramos los ojos juntos y ceguémonos por la luz.

No veo el NO



Yo fabrico mis consejos. No los puedo seguir. No me gustan. Ni los quiero ni los necesito. Es suficiente respirar. Eso ya es bastante difícil. Así que déjame respirar. Si me pongo a pensar, pienso demasiado. No esta bien echar de menos el pasado. Lo que pasa, pesa. Pero lo que pesa no pasa. Mira a un desconocido y te desconocerás tú también. Y luchar por algo aunque no sepas por qué. Lucha, que es divertido. Intentemos cambiar el mundo. Ser parte de la historia. Dirigir un cambio con éxito. Marquemos la diferencia y dejemos de ser ovejas. Separémonos a la vez que nos unimos. Seamos diferentes. Huyamos de las modas o creemos la nuestra propia. No copiemos el pasado, caeremos en los mismos errores. Hagamos una guerra pacífica. Consigámoslo. Alcemos la voz tan alto que todos puedan oírnos. Inventemos un futuro mejor. Porque todo es mejorable. Y aún quedan cosas por hacer. No está todo patentado. Brillemos con nuestra juventud y deslumbremos a los que no nos entiendan. Tenemos que hacer que cambien de opinión. Y que luchen con nosotros. Cambiémoslo todo. No hace falta un gran cambio, con uno pequeño será bastante. Pero cambiemos algo. Que la vida no se reduzca a esto. La inteligencia es comprender que faltan cosas por hacer. No hay porqué saber que cosas son esas. Sólo comprender. Y luchar juntos. Hoy. Mañana habrá que seguir luchando. Pero algún día habrá que empezar. Así que empecemos hoy. Que ya estamos preparados. Sabemos lo que hay que hacer. Dilo en voz alta. Que alguien te escuche. Dales algo en lo que pensar. Que hace falta pensar más. Cada uno tendrá sus motivos. Busquemos algo en común en esos motivos y luchemos. Será importante. Seremos héroes. En un futuro lo que hagamos saldrá en los libros de historia. Los niños estudiarán nuestras acciones. Demos buen ejemplo y hagamos algo. Habló de mejorar el mundo, que es mejorable y hay que hacerlo. Que nadie nos calle, y si nos callan, gritemos más alto. 

Píntame un espejo.



Somos perfectos el uno para el otro. Perfectos juntos. Por separado sólo somos raros. Pero prefiero ser rara a besarte. No se que les pasa a nuestras bocas que no se quieren.
Son bocas, deberíamos ser más fuertes que ellas. Deberíamos estar juntos. Ponernos máscaras y correr. Pero no tendría sentido. Si nuestras bocas se rechazan, nuestros cuerpos harán lo mismo. No formas parte de mi puzzle. No eres la pieza que me falta. Las máscaras no harán que seamos distintos. Seremos enmascarados, nada más. Yo no quiero eso. Quítame la máscara. No quiero ser un gato. Soy una ardilla, no un gato. Si me persigues, corro. No me enredó en tus pies. Yo soy más de huir. No me escondo. Yo huyo. No me sigas a mi mundo. Que es mío, y no lo comparto. No imaginemos el beso perfecto, de película. No funciona. Decepciona. Parecía tan simple y tan complicado. Era increíble. Tendríamos que haberlo dejado así. Cuando lo increíble se vuelve real deja de ser increíble. Lo real no me interesa ahora. Trato de improvisar mi historia. No te la inventes. Sólo improvísame. Hazlo conmigo y sal corriendo. Que no te vea los ojos el miedo. Que se envalentona. No me des la razón. Discúteme. Que quiero jugar a las peleas y contigo no se puede. No sabes jugar a mis juegos. Sólo juegas al parchís. Nuestros colores son tan parecidos que juntos no valen nada. Trata de oler el aire y luego crea un perfume con ese olor. Si no puedes, no pasa nada. Pero inténtalo. No me digas que eres agua. Yo quiero aire. Soy incapaz de entender el agua. Es agua. No quiero entenderla, solo mojarla. Píntame un espejo sólo para mí. Para cuando me sienta fea. Dibújame sonriendo. Y luego corre. No mires atrás. No mires a los lados. No mires hacia delante. No me mires. Cierra los ojos. Mírate a ti mismo. Y corre.