Hasta despertar


¿De qué color es un espejo?



Sigo buscándome para encontrarte y odio la sonrisa maléfica que me devuelves. Hace algún tiempo eras tan diferente. Te has vuelto transparente dentro de tu oscuridad. Antes te quería más. Reías diferentes y eras libre y fluías en el ambiente. No sé quién fue el monstruo que te volvió a atar al suelo, a las entrañas de tu madre donde no podías respirar sin ella. Vuelve a ser aquel al que solo le importaba la libertad. Ven a mi cuando todo cambie y te apetezca inventar nuevas preguntas.

Un día cuerdo


Mi único error fue cometer tantos errores.

A estas alturas de la resaca espero que sigas dormido.



Al margen de todo lo demás, hoy era tu día porque así lo decidiste. Te sigo echando tanto de menos como hace cuatro años. Tu olor sigue en cada partícula de mi habitación. Es imposible olvidar toda esa energía. Desde que empece a decepcionarte cada día me duele más pensar en ti.
Lo siento. Tu cabecita loca esta peor que cuando la dejaste.

Magnético

Hay un lugar escogido que no está predefinido.
Se que así lo he querido, fue tan duro comenzar de nuevo.
He encontrado una región esférica, tu cadencia pareció tan lejos,
siento aun como te mueves enérgica hoy, también te echo de menos.
Yo quizás podría equivocarme aunque lo empiece a pensar,
se que puedo andar sobre el alambre que te hizo temblar y dudar.

No es malvado ..
es mi manera de evitar.
Nuestro futuro ..
inevitable y superficial

Gbrdn

Me emborracho de latidos y acabo siempre descalza. Es lo que nos pasa cuando no seguimos nuestros pasos y acabamos mirándonos en espejos rotos por el vaho. Y esa niebla que nos acompaña nos susurra que hasta el onanismo es mejor que ese desgarrarnos la piel a jirones. Incluso la sangre se fue cuando la llamaste roja. La piel duele por dentro y por fuera se hace arruga. Sigo deseando que me toques como nadie ha tocado nunca. Los caracoles pierden el oído al escuchar tu risa, se rompen un poco por fuera pero siguen cerca de ti. Y continuas riendo aunque duela. Has dejado un agujero en uno de mis calcetines, y cuando te fuiste lloró, te lo prometo. Que no sabes lo que se echa de menos la compañía de nadie y la locura que pensaba que había en ti, pero no. La coordinación no es lo nuestro, lo sabíamos y seguíamos haciéndolo. No funcionó, si es que ya me lo decían mis sueños. Que dormir tan bien desde que te conocí no era bueno. Y bien que lo siento, podría haber dibujado mapas en tu espalda para que no te fueras nunca pero siempre estuvieras lejos.

Hoy no


Si no arriesgas, no ganas. Pero encontrarte no es fácil a través de tantas calles y fotografías viejas. Ser valiente hoy no funcionaría. No puedo seguir huyendo y escondiéndome en los demás, en sus historias. Pensar en lo que le pasa al saxofonista o al hombre que se esconde detrás del periódico o a la mujer rubia con el pelo rizado que no aparta la mirada del suelo. El que inventa burbujas sonríe mirando su obra, satisfecho, pero hay algo triste en él. Dicen que sin melancolía no existe la felicidad. La nostalgia se vive en blanco y negro. No escuchaba lo que decías pero lo entendía todo. Te lo prometería pero hoy no es día de hacer estupideces. Sigue las flechas, puede que no encuentres lo que buscas pero encontrarás lo que necesitas sin saberlo. Un libro viejo, una pegatina de las Olimpiadas del 92, un cinta que oías en el coche y que no te cansaba nunca, el carrete de fotos que no revelaste, todo lo que perdiste sin saberlo. Un anillo que sigue en el mismo dedo aunque ya no este, lo sigo sintiendo, es lo que me mantiene cuerdo. Rama y Sita y sus miradas, y las palomas escondidas al lado de tu cama. Canadá y el despertador naranja que paraste en la hora en la que se paró el mundo. Todo sigue funcionando, menos la Coca-Cola en el parqué que se ríe de mí con sus burbujas mientras un trozo de papel se desliza sobre el cable del ordenador en un baile circense. Odio las etiquetas de la ropa, pero nunca las quito. ¿Sabes que hay preguntas que no tienen respuesta? ¿Por qué? No te lo dije porque no lo sabía, hoy sigo sin saberlo. Los impulsos y los gestos. No llueve y eso me hace estar mal, tengo los cristales tan sucios desde que no llueve… Solo hay polvo aquí y me da alergia limpiarlo. Odio que no me apetezca comerme esa galleta, huele a recién hecha y no puedo hacerlo. Huele a tantas cosas aquí dentro… Pero hay otras muchas a las que no huele. Definitivamente la Coca-Cola ha dejado mancha. Y se oyen tantos gritos que hay que taparse los oídos para pensar. Hoy no quiero dormir, solo soñar. Pero son tiempos difíciles para los soñadores y más desde que no están juntos.

Mañana será un buen día para ponerse pantalones cortos y comprar tabaco. 

Sin colores



Nunca llegué a decírtelo pero odiaba tu forma de mirar como si no pasará nada cuando estaba pasando de todo, pero como era invierno no lo notabas.
El frío siempre hacia que parecieras más loco de lo que eras y vivíamos girando en un caleidoscopio con bufandas de rayas y abrigos rotos por el tiempo.
El mismo tiempo que pretendíamos que no nos alcanzara nunca.
No se en que momento separamos nuestras manos, pero esa sensación no se me olvida.
De repente estábamos cada uno por un lado y lo que parecía imposible se hacía  definitivo, y aunque parezca extraño soy feliz.
No hemos ganado nada pero nos perdimos en los bosques y todo lo que recuerdo son demasiadas noches y ningún sol.
Supe que era yo cuando no estabas. Y cada vez más lejos pero mejor.
Las sombras siguen y no me importa, he aprendido a hacerlas compañía y aún me río cuando se les cae el reloj.
Ha pasado de todo y no puedo contar nada. Es un secreto que solo conozco yo y alguien que se aparece en mi reflejo. Los mismos ojos pero sin ti.
Y sonriendo, que quedan dos días para un año más y ningún pasado al que poder sobornar a cambio de alguna página de lo que fue.
Me encuentro bien, al lado de alguien que sigue conmigo aunque no este.
Y es que te necesito aún sin conocernos a ninguno de los dos.
Ya ves, sonríes y desaparezco un poco pero así es mejor, que seguir siendo ha perdido mucha gracia.
Había un tren en el que solo estaban dos personajes de la historia despiertos. Todos dormidos menos ellos y tu no parabas de reírte…como sabes lo mucho que me gusta oírte.