Y eras tú, pero ya te habías ido

Se sabía que todas las palabras no cabían en su cuaderno, pero era tan difícil no creérselo...
Cuando ya parecía que lo habíamos olvidado, viene la lluvia y nos lo trae de vuelta, y es como si nunca se hubiera ido y nosotros cantásemos bajito desde las esquinas para que nos oigan en las fuentes.
Las paradas de metro se envuelven en gritos envenenados de vaho y podredumbre, la comida escasea, pero al menos siguen vivos esos sueños.
Que el tiempo se estancó, como antes, y la solución era hacer girar una bola de nieve gigante, pero no teníamos guantes y ya se sabe que el arte es mentirte de frío, y no queremos eso.
Pero si luego ves a Lebowski en una habitación, también habrías gritado, también habrías corrido, y seguro que al despertarte habrías cerrado bien la puerta, con sus cadenas y esas cosas.
Que las casas nos atrapan y encarcelan y luego cuando salimos las llaves no están y llueve en nuestros bolsillos el vacío que han dejado.
Y hablando del vacío, ya sabes...
Por cierto, sé que cuando se abrió sola la puerta y apareció el payaso eras tú, y nos reímos bastante aquella noche.
Cuídate lo suficiente para seguir cuidándome, y perdona mi egoísmo pero te llevo dentro.

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