Pacha



No nos desconocíamos pero tampoco queríamos conocernos. Escuchábamos a la tierra que nos contaba cuentos. 

Había una nube del color de sus pupilas que luego cubrió el cielo y trajo la lluvia. Su mirada lo inundó todo y no nos dimos cuenta, y es que nos cuesta demasiado abrir los ojos para ver lo que tenemos cerca. 

No se quién soy. Me busco en cada tacto, en cada paisaje, en cada luz que encuentro. 
Me parezco a la hierba pero no somos iguales. 
Y tú…no sé a quién te pareces pero sabes a hogar y a soledad compartida.

Aún echo de menos el pasado y todo lo que no recuerdo, pero quizás sea mejor así, quizás haya que mirar hacia delante y no seguir finjiéndome.

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