Para saber que dejamos de ser libres al comenzar a atarnos, que la culpa de todo es individual y hay que buscarla. Que lo que ayer encontraba en ti hoy me lo da tu vecino y tampoco es que me guste tanto, que prefiero lo que me da aquel que esta esperando un taxi. Que nosotros somos solo uno y que al intentar ser dos se nos desgastan los argumentos. Que las siestas son para el invierno, pero a tu lado creía que me las echaría siempre. Que el trece y los gatos negros tienen más suerte que la mayoría de tus zapatillas. Que en tu casa ya no entro, y en tu cama menos. Que yo no aguanto el desprecio, que ya no te aguanto.
Para decir “con dios” a los dos nos sobran los motivos…
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