Tenía alergia al mar y se metió sin aguantar la respiración. No sabía que antes del final habría dolor pero un pez se lo advirtió y le ayudó. Le dio sus branquias y murió. él siguió nadando hasta encontrar una isla donde quiso empezar de nuevo, pero con branquias se le olvido respirar fuera del agua y se quedó atrapado. Ahora no deja de nadar buscando un pájaro que le de alas. Y así seguirá por no pensar que cada cuento tiene un final y hay que escucharlo siempre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario