Maltraído e inacabado



Invocamos noches que han colisionado contra mí. Fuerzo a mi risa a tomar esas pastillas para que se agoten sus zapatos. Nosotros nos quemamos y aterrizamos de nuevo. No sabemos donde. Sabemos que sí, que está bien. Que todo va a salir bien. Como siempre gritamos con los pies. Exijo saber que pasó cuando la acera ardía. Brilla la nube consumida en gasolina. Hay que seguir describiendo todo lo que oímos. Llevo el último número de tu teléfono en algún rincón de mi cabeza. Apúntalo en el violín que me regalarás en aquel parking. No ha ocurrido aún, quizás no ocurra nunca. O sí. Bailaré en un bar de carretera junto a una canción demasiado vieja. Para ti, para mí. Para el tú. Soñaremos que viajamos tan solos como si fuéramos acompañados. Pensaré que no existe mi destino, pero llegaré, te lo prometo. No sé como acaba esa pesadilla. A lo mejor no acaba nunca, o se muere con el verano. Y aquella luna ya te dije: yo misma, pero con tu carisma. Muy dentro, si, como el sexo que no fue.
Cosas que se sueñan en el sofá.


No hay comentarios:

Publicar un comentario