Pueden salir cosas buenas de no saber demasiado


Tengo un terremoto en mis pastillas de la cordura. Un millar de cuerdas de pensamiento entrelazando ideas que nunca nacen de mi garganta. Tanta vida heredada desconocida para la luz del alba. Varillas de paraguas bailando bajo la lluvia contando sus secretos a la luna. Alguien me contó alguna vez que un sabio en China se ahogó por querer besar la luna en el río. Seguro que la beso y murió en la humedad de su saliva.


No comprendimos las salidas y elegimos respirar. Soñamos con piratas sin bandera que se quieren ahogar. Rompimos las palabras que significaban final. Hicimos oídos sordos a las olas del mar. Queríamos ser fuertes y continuar pero nos mudamos a la orilla de la ciudad. Nadie conoce a nadie, nadie sabe nadar. Todas las películas empiezan para luego acabar. Todos los principios nos dejaban llevar arena en los bolsillos, copas de vino tinto, flores sin plantar. Quemábamos el tiempo, partíamos momentos, pintábamos defectos. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario