La locura tira pa
el monte y la cordura pa el río, déjala que se la lleve el agua. Y esperemos
que el laberinto tenga salida y podamos encontrarla, porque parece que aún nos
queda mucho tiempo aquí. Estaremos bien mientras los ojos sigan brillando y
espiando amaneceres. Me encantaría balancearme dentro de tu ombligo, que me
lleves a todas partes sin saberlo, sin notarme. Pero sintiendo, siempre sintiéndome
tan dentro como yo te siento a ti. Hay pocos duendes como tu, con ese saber
hacer, saber reír. Con razón o sin razón te llevo en mis pestañas, y cada vez
que cierro los ojos puedo ver tu cara. Y esa mueca de preocupación cuando no
sabes que decir y crees que desapareces como la espuma. Quedan muchas dudas y
puentes a los que subirnos, ya hablaremos de si nos tiramos o nos quedamos
observando el paisaje que haya en las nubes, que cambia cada día, sin rutinas.
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