Recolectamos las piedras y nos sentimos vivos.
Solo necesitaba una mano, la tuya
Pero la crema siempre nos separaba
Y nos volvíamos renglones sin cobijarnos de la lluvia
Y nacíamos de nuevo
Odiábamos el tiempo y las golondrinas
Y a veces los angelitos negros de Machín.
Quería pensar que yo era para ti
Y tú de nadie
Y entre los nadie me perdí
Buscaba cucarachas de amores rotos
Y esperaba sentarme en la carretera a leer
Pero ningún libro me entretenía
Sin separarme de lo que llegaría a ser.
Solía pensar que yo era del aire
Y tú de nadie
Y entre ideas a media luz me perdí
Buscando puertas para todas mis llaves
Buscando ojeras
Que se parecieran a ti.
Y lo mejor de todo era corrernos
Y dejar que los gritos y el miedo
Y las tinieblas y los peros
Se fueran lejos
Tan lejos como tu.
Solía pensar que yo era del aire
Y tú de nadie
Pero me confundí.
Duermo solo con un calcetín para olvidar que existe la simetría. Cada uno maneja la soledad a su manera, escapando de lo que te lleve a morir.
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