Yo no funciono en
el mundo real. Funciono en algunas sonrisas pero en las miradas siempre me
equivoco. Funciono en las conversaciones de dos personas, como mucho tres, si
hay más no puedo soportarlo y prefiero callar. Y es que en el silencio también
funciono bien, pero en compañía solo algunas veces. No funciono en el tiempo ni
en el verano ni en el césped alejado de mi casa. Funciono mejor por las noches
porque por las mañanas siempre tengo sueño. Pero en el mundo real no. No
funciono en los problemas, la presión, la prisa, el miedo, el pasado, los
recuerdos, la incertidumbre del no saber, las sorpresas. No funciono o la
realidad no funciona conmigo. Es igual, sigo pensando.
Éramos tan
pequeños que desaparecíamos al tocarnos. Éramos tan inmensos que no nos contenía
una mirada. Éramos conocidos que decidieron desconocerse. Éramos tan viejos que
dejamos de creer en el tiempo. Éramos más tristes cuando llegaba el verano y el otoño. Éramos de los que no escuchan pero entienden. Éramos. Y ahora ya ni
somos ni seremos.
Y ahora piden tu cabeza..
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