Deja que te pinte




Cuando sigas caminando sin mi mano en tus costillas te empezarás a caer, y nadie va a recoger a un duende sin techo, borracho y deshecho con ganas de crecer. Olvidaremos que vivimos buscando donde dormir. Noches y noches soñando que el dolor no era así. No se si salimos perdiendo o ganando sin más, lo importante es que estamos nuevos, salimos y no volveremos a escapar. Corríamos uno al lado del otro sin miedos ni dudas que hicieran parar. Creíamos que había colores para cada pieza de la humanidad y juntos hacíamos puzzles que pintábamos mal. Espero que me eches de menos, que no te arrepientas y sigas huyendo hacia el sur. Quisiera que estos últimos versos pudieras escribirlos tú, y luego mirarme a los ojos, decir lo que pienso y volver, como siempre, a encender la luz.


No hay comentarios:

Publicar un comentario