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Cállate y no le mires, que cuando entras en pánico yo no te conozco.
Y es algo que te pasa muy a menudo, ya no me sorprendes cuando abres tanto los ojos y se pierde una risa muda.
A veces te ocultas entre flequillos ajenos y desapareces.
Pero tus miradas siempre permanecen, tus ojos no, ellos cambian de color.
Parece que quieren decir algo, hablar de tu estado de ánimo.
Se quedan en silencio y comunican.
Siempre quise parecerme a ellos.
Nunca conseguiré quitarme de la espalda el sueño aquel.
Tú me lo recuerdas cada día cuando veo un árbol aromático.
Todo eran olores antes de que te fueras, pero me acostumbré a ellos y ya no huelo.
Espero que estés bien bajo la lluvia de nuestro mes favorito.
Abrígate y no dejes de darle besos al niño perdido hace tanto.
Nunca te olvidó y tú a él tampoco.
Así funcionan las cosas, en medio de un equilibrio desequilibrado
Bailabas tan bien bajo la luna, en tu mundo sicodélico.
Decías que veías fatal, creo que ves mejor que nadie.
Había cosas que solo entendías tú, pero no tenías miedo.
Nunca lo tuviste y por eso te reías tanto.
No te pierdas nunca de mi lado, que yo si que veo mal y no podría buscarte.

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