Camaleones




Corre lejos de tu mente.
Sal de ella y no mires atrás.
Lo olvidado no merece tu recuerdo.
Si piensas demasiado acabarás huyendo.
Como siempre.
Comete errores parecidos pero más inmensos.
Tirate de la rama más alta del árbol seco.
Y haz daño.
Siempre termina igual el cuento.
O mejor, haz lo que nunca has hecho.
Persigue el pasado y no avances.
Deja que el miedo gane la partida.
Y sigue deseando seguir perdiendo.
Es lo que eres, asúmelo.
Continúa luchando contra ti mismo.
Cobarde.
Siempre las mismas palabras,
Una y otra vez se repiten.
Los colores que te rompen tan a menudo.
No recuerdo cuando empezó a doler.
No sé cuando comencé a tener miedo.
Conocí las tormentas antes de entenderlas.
Complicado, como yo.
Incomprensible y olvidado
Como tantas cosas que dejé en la panadería.
Dejé de ser.
Dejé de poseer.
Dejé de querer.
Si algo duele, es porque es verdad.
Hay miedo de sobra para repartir.


Las paredes encierran gritos y palabras devastadoras
Con las que el termómetro explotaría.
Los saltamontes se tiran a las vías por seguir risas ajenas,
Pero nunca llegan al otro lado sin cambiar.
El verde que me enseñaste quedó muy atrás en el reloj
Y ya ha perdido la mitad de su significado reciclable.
Dale la vuelta y que no arañen las manecillas a las horas,
Haz que patinen las ruedas cuadradas del coche de juguete
Y píntate de algún color alegre cuando me mires.
Báilale el agua a lo desconocido.
No conozcas nada.


Como un camaleón que se adapta a los mundos ajenos.
Era más fácil con mundos simples y artificiales
De colores estridentes, pero ahora estoy en gris.
Cuéntame un cuento para no dormir,
Que ya no quiero hacerlo más.
No quiero levantarme y saber que me duelen los pies.
Andar era escapar y ahora no puedo.
Atrapada.
No puedo llegar a mi escondite.
Pero estoy tan cómoda…

No hay comentarios:

Publicar un comentario