Acordes noctámbulos




Te encuentro entre películas en blanco y negro y canciones viejas. Huyes de mis palabras como escondiéndote del miedo. No sabemos lo que tenemos y tampoco queremos saberlo. Solo vivir parece suficiente. Demasiado complicado, como siempre. Es sencillo seguir adelantando acontecimientos y pintar paredes de verde. Se sabe que el tiempo es un testigo incierto, y el corazón un cazador solitario. Y soltemos nuestras rimas desde terrazas auditivas que huelen el silencio. No quiero oír los ruidos atrapados entre paredes de cristal. Odio la culpabilidad, no la entiendo. Quizás existan las dudas, y nos está pasando lo que anunciaba el telediario. Seguimos riendo y fumando y bebiendo todo lo que podemos, eso es la seguridad de no ser inventos. Te atraparé una sombra para que nunca lo olvides, para que sepas a que sabe la vida. Porque sabor tiene, eso lo tengo casi seguro. Y continúo riendo, a pesar de no saber si lo hago por algo. Es automático, enigmático, magnético, onírico. Como todo aquello que contaste entre acordes, como aquella canción que se escapaba de tus labios, suave, como tus manos.


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