Espejos solitarios



No existen los finales porque no existen las personas. Somos libertad encerrada en algo corporal. No podemos ser tocados, ni conocidos. En el fondo no tenemos ni olor, ni sabor, ni sonido característico. Llevamos un uniforme que nos hace iguales, equivalentes. Y siempre preferimos buscar las diferencias. No sabemos volar y nos dan miedo los aviones. No sabemos llorar ni gritar y nos dan miedo las tormentas. No sabemos como nos sentimos, o al menos algunos. Pero quedará esperanza mientras sigamos encerrados. Si nos liberamos, dejaríamos de tener objetivos. Solo tendríamos finales.


No hay comentarios:

Publicar un comentario