Es bonito ser lo que parezco. Recibir palabras que no entiendo, que no me corresponden. Hacer la noche en alguna esquina y entregarme a las cosas que no se deben recibir. Recorrido, o su femenino. Son versos, son estudios, estadísticas, clichés. Y chicles de menta después. Ver películas al amanecer, dormir entre golpes, entre almohadas, sin suspiros ni compañía. Perder las alas en rincones prohibidos y bailarle a las noches de Madrid. Esperar desesperadamente que aparezca el 15 de agosto para que se vaya otra vez, como cada año. Quiero cohetes en la arena, y reflejos de luces en el mar. Quiero que se vaya el ruido y poder respirar. El sarcasmo nunca ha sido un buen aliado para los que no quieren soñar.
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