Descalza, rojo sangre



Lo inevitable: la muerte. Y yo no quiero morir sin cicatrices. Quiero sentir cada gramo del dulce néctar que me ata a la vida. Que se amargue, que se enfríe, que se vuelva a endulzar, pero sentirlo. No me conformo con ir de puntillas, me vale más la pena clavarme un cristal por ir descalza. Quizás recoja mañana el desastre que has provocado. Quizás lo deje así un poco más, solo para recordar que me has ayudado a olvidar. Hay guitarras que han vivido tanto que ya no pueden afinarse, demasiadas cicatrices. Pero esas guitarras insómnicas no mueren nunca, son eternas. Algún día me pareceré a ellas, o quizás no, pero no me importa. Yo solo quiero hacerme cicatrices mientras pueda.

No hay comentarios:

Publicar un comentario