Como cada cajetilla



Sobrevolaba y lo sigue haciendo, llorando a cada gota de remordimiento. Siente las persianas que no cerró buscando entre sus fotos. Solía pensar que lo que valía la pena dejaba de valerla si saltaba entre balcones. Los radiadores se interponían entre sus secretos imborrables. Y de pronto una gaviota, y así terminó su vuelo. No sabía como describir a la mariposa que le preguntó lo que no tenía respuesta. Pero sabía que las palabras no valían para aquel recuerdo enmarcado en alquitrán. Como aquel alquitrán que se pegó al pie de aquella huella. No sé, no sabía. Te echo de menos desde nuestras caladas consentidas. 

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