Sabe a porexpan



¿A qué sabe la derrota? A porexpan. 
Intentamos entendernos dibujando triángulos equiláteros. Olvidando el añejo sabor del vino viejo. Sabemos a que sabe el tiempo y huimos de los recuerdos. No quiero seguir muriendo, yo quiero volver allí. Ciudad sin ley que oprime y exprime y no entiende de mentiras. Naturalidad expuesta a las sonrisas. Deberíamos entendernos pero no funciona así. Funciona sin relojes, despertadores, móviles, televisiones. Otra época habría sido mejor. Quizás los años 30, como dice la canción. Osos hormigueros que hurgan en las fotos en blanco y negro y no encuentran parecidos ni miradas. Desearía llevar trenzas, como tu. Te recibo en el teléfono y te miro y no me encuentro. Odio ser esas pupilas que no ven lo mismo que viste tu.


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