¿Y si elijo el no elegir?



Rabia, ira y mirar hacia el mañana. Así se siente dormir sin manta después de una ducha fría de aspersores egomaníacos. Recordar que no hay pasado más allá del que tu eliges recordar. Saber borrar las huellas que la ausencia quiso dejar. Niego todo lo que no comprendo y entiendo todo lo que elijo comprender. Me he quitado el antifaz, ahora ya me pueden ver. Pero no hay miedo que venza a mis zapatillas de ballet. Se encontrar la luz en las tinieblas, y diferenciar el ruido del que crea poder conmigo. Ahora ahogo llaves en mis bolsillos y no las pienso utilizar. No hay más salidas de emergencia, prefiero aguantar.


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