Cold



Sacaré a mi ego a pasear cada vez que hable contigo, no quiero recordarte que tú no tienes.
Creo que hablar sin decir nada se volvió una costumbre para ti.
Te enfadabas conmigo cada vez que no eras capaz de comprenderme y me decías idiota.
Los idiotas son los que no entienden y se parecen bastante a ti.
Físicamente hablando me recuerdas más a la definición de superficial, tienes una nariz muy parecida.
Nunca aprenderás a buscar las razones de la sinrazón correctamente.
Hasta la incoherencia es comprensible si dejas de pensar en la incertidumbre de no saber nada.
Te obstinas demasiado en datos y fórmulas sin pensar en resultados y conclusiones.
Hay un tipo de locura que no hace daño a nadie y que no se puede considerar enfermedad, pero tú no lo sabes porque no eres nada empático.
Dices loco como si fuera el mayor insulto del mundo pero el efecto que produce en mí esa palabra es muy satisfactorio.
Claro que la satisfacción para ti sólo son los efectos de las drogas y el sexo.
Pero hay más tipos de satisfacciones que nunca conocerás si no abres los ojos como platos.
Aunque nunca he entendido esa expresión, los platos no tienen ojos.
Será mejor decir, abre los ojos como un búho.
Pero los búhos son nocturnos y tú de noche sueles estar o dormido o inconsciente.
Deberías probar a dejarte llevar y a meter mano en el metro sin pensar en los demás viajeros que sueñan con aliviarse.
Siempre te importó demasiado la opinión de la gente, tanto que desatendiste tú propia opinión.
Por eso te enfadaste cuando dije que me quería más a mí que a ti.
No puedo evitar quererme y eso es algo que no va a cambiar nunca por mucho que tú intentes que cambie.
Aprende a andar descalzo por la hierba y quizás así me conozcas mejor.
O en calcetines también vale.
Y nunca grites o llores si te cortas el pie con un cristal, sólo siente lo que sientes.
Sentir dolor físico no es malo, no tengas miedo.
El dolor que más duele nunca hace sangre.
Abandonar a los perros es muy fácil, sobre todo cuando ellos han dejado de confiar en ti.
Y es que no se puede confiar en la gente con una máscara como la tuya.
Te escondías detrás de caramelos con palo y nunca pude ver bien el inexistente brillo de tus ojos.

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