Bosque oscuro



Juguemos. Te reto a que me encuentres. Perdámonos en ese bosque del que tanto hablas y escondámonos en sus profundidades oscuras. Búscame con las manos. Cierra los ojos, no quiero que me veas perdida y asustada. No estaré sola, tendré sueños para que puedas oler sus aromas. Eso lo hará más fácil, porque el bosque es muy grande y te llevará mucho tiempo fijarte en mí.

Seguramente no valga la pena. No puedo hacerte promesas, siempre cruzo los dedos. Te haré infeliz y te destruiré poco a poco, desde dentro. Pero a veces te haré reír, es lo único que puedo darte. No te abrazaré a no ser que yo lo necesite. Lo siento, pero mi ego funciona de esa manera. Únicamente hago aquello que me beneficia a mí. Bueno, si tienes un problema puedo intentar ayudarte, pero nunca a costa de joderme yo. No sufro por nadie. Aunque si me encuentras entre tanta mierda puede que valga la pena herirme por ti.
Tengo muchas cicatrices, pero me las he hecho yo, nadie me ha ayudado. Quizás tú seas el primero en hacerlo.

No lo sé, el bosque está demasiado oscuro y yo no llevo mechero para alumbrarte. Puede que no me encuentres nunca.

A lo mejor me da miedo y grito y corro para encontrarte. Quizás valga la pena hacer un esfuerzo para encontrar tus manos.

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