Píntame un espejo.



Somos perfectos el uno para el otro. Perfectos juntos. Por separado sólo somos raros. Pero prefiero ser rara a besarte. No se que les pasa a nuestras bocas que no se quieren.
Son bocas, deberíamos ser más fuertes que ellas. Deberíamos estar juntos. Ponernos máscaras y correr. Pero no tendría sentido. Si nuestras bocas se rechazan, nuestros cuerpos harán lo mismo. No formas parte de mi puzzle. No eres la pieza que me falta. Las máscaras no harán que seamos distintos. Seremos enmascarados, nada más. Yo no quiero eso. Quítame la máscara. No quiero ser un gato. Soy una ardilla, no un gato. Si me persigues, corro. No me enredó en tus pies. Yo soy más de huir. No me escondo. Yo huyo. No me sigas a mi mundo. Que es mío, y no lo comparto. No imaginemos el beso perfecto, de película. No funciona. Decepciona. Parecía tan simple y tan complicado. Era increíble. Tendríamos que haberlo dejado así. Cuando lo increíble se vuelve real deja de ser increíble. Lo real no me interesa ahora. Trato de improvisar mi historia. No te la inventes. Sólo improvísame. Hazlo conmigo y sal corriendo. Que no te vea los ojos el miedo. Que se envalentona. No me des la razón. Discúteme. Que quiero jugar a las peleas y contigo no se puede. No sabes jugar a mis juegos. Sólo juegas al parchís. Nuestros colores son tan parecidos que juntos no valen nada. Trata de oler el aire y luego crea un perfume con ese olor. Si no puedes, no pasa nada. Pero inténtalo. No me digas que eres agua. Yo quiero aire. Soy incapaz de entender el agua. Es agua. No quiero entenderla, solo mojarla. Píntame un espejo sólo para mí. Para cuando me sienta fea. Dibújame sonriendo. Y luego corre. No mires atrás. No mires a los lados. No mires hacia delante. No me mires. Cierra los ojos. Mírate a ti mismo. Y corre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario